Muchos vecinos de Campoamor lo recorren sin saberlo:
Nuestra urbanización forma parte de uno de los grandes senderos europeos, el GR-92, también llamado “Sendero del Mediterráneo”. Una ruta que une calas, acantilados, faros, bosques costeros y pueblos marineros desde Cataluña hasta Andalucía.
Hoy te contamos qué es, cómo se señala, qué categoría tiene, anécdotas… y por supuesto, cómo encaja la reciente reapertura del tramo que conecta Aguamarina con Cabo Roig, un pequeño paso que ha devuelto continuidad a un sendero enorme.
Los senderos “GR” son rutas de Gran Recorrido, con más de 50 km, señalizadas oficialmente con las características marcas rojas y blancas.
En España forman parte de la red europea de largo recorrido E-paths.
El GR-92 es el gran sendero que sigue la costa mediterránea española. Se creó con una idea preciosa: unir todo el litoral a pie, sin perder nunca de vista el mar.
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Longitud total: más de 1300 km
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Recorrido: desde Portbou (frontera con Francia) hasta unirlo progresivamente con el sur de la provincia de Alicante y posteriormente con las rutas costeras de la Región de Murcia y Andalucía hasta el Estrecho de Gibraltar.
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Carácter: costero, paisajístico y accesible para caminantes de todos los niveles.
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Se puede hacer por etapas: muchas de ellas cortas y familiares.
Y sí: Orihuela Costa y en particular Campoamor forma parte oficial del trazado.
Señalización y características
La señalización del GR-92 responde a un estándar internacional:
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Dos franjas horizontales roja y blanca indican continuidad del camino.
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Una cruz en rojo advierte de un desvío incorrecto.
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Las marcas angulares señalan giros o cambios de dirección.
Estas señales se encuentran en postes de madera, rocas, muros o paneles informativos. En Orihuela Costa son visibles en puntos de Aguamarina, Cabo Roig, Campoamor y La Zenia, aunque muchos transeúntes no reparan en su significado.
En cuanto a dificultad, los tramos urbanos y semiurbanos del municipio presentan un nivel bajo, apto para todos los públicos, mientras que otras zonas del sendero en la Costa Blanca alternan secciones moderadas con perfiles más abruptos.
Un camino con historia… y con interrupciones
Desde su creación en los años noventa, el GR-92 ha evolucionado a medida que los municipios costeros abrían pasos, ordenaban sus paseos marítimos o resolvían situaciones urbanísticas complejas. En algunos puntos, el sendero llegó a “desaparecer” temporalmente ante cierres, obras o privatizaciones del litoral, obligando a forzar desvíos interiores.
Uno de esos puntos críticos se encontraba en Orihuela Costa, entre Aguamarina y Cabo Roig, donde un cierre histórico impedía el paso peatonal y obligaba al GR-92 a alejarse del mar. Este tramo, a la altura de Bellavista I, permaneció bloqueado durante años pese a encontrarse en un itinerario previsto como público.
La reciente apertura al público del tramo, tras la correspondiente acta de ocupación y los procesos administrativos y judiciales que lo precedieron, supone un avance significativo para la movilidad litoral.
El resultado es una recuperación del tránsito peatonal que permite recorrer Orihuela Costa de manera continua, favorece la actividad deportiva y turística y garantiza la conexión del GR-92 con su trazado homologado.
Para los senderistas, esta reapertura devuelve coherencia a una ruta que no debería haberse visto fragmentada. Para los residentes, representa la recuperación de un espacio público y un impulso a la calidad del paseo marítimo.
Un valor añadido para Campoamor
Que el GR-92 pase por nuestra costa no es solo una curiosidad: es una oportunidad. El sendero forma parte del patrimonio natural europeo y cada uno de sus tramos aporta identidad al territorio que atraviesa. Su presencia posiciona a Campoamor y sus urbanizaciones como un destino compatible con el turismo activo, el deporte al aire libre y el disfrute responsable del litoral.
La continuidad recién recuperada entre Aguamarina y Cabo Roig mejora la accesibilidad, favorece las rutas familiares y convierte nuestro entorno en un punto de interés para senderistas nacionales e internacionales.
Un litoral que vuelve a unirse
La reapertura del tramo no solo resuelve un punto de conflicto histórico: reconecta el litoral de Orihuela Costa y refuerza el papel del GR-92 como hilo conductor del Mediterráneo. Un paso local que, visto en perspectiva, tiene impacto regional al consolidar la integridad de uno de los grandes senderos del país.
Hoy, quienes caminan entre Aguamarina, Cabo Roig y Campoamor lo hacen siguiendo una ruta que enlaza con cientos de kilómetros costeros. Un sendero que sigue contando historias… y que, gracias a esta apertura, ya puede contarlas sin interrupciones.
Nos vemos en Campoamor







