En nuestro día a día, a veces nos encontramos con postales que nos transportan a tiempos pretéritos, épocas en las que la Dehesa de Campoamor comenzaba a tomar forma y a convertirse en lo que hoy conocemos.

Postales que nos llevan a otra época

A menudo no somos conscientes del paso del tiempo, pero esta postal rescatada de 1975 nos revela pequeños detalles en los que hoy queremos fijarnos.

En primer lugar, podemos observar que el proyecto nació con las parcelas vácias, echamos de menos la extraordinaria vegetación de pinos que tenemos hoy. Fue gracias a la iniciativa de muchos propietarios que en sus jardines privados comenzaron a plantar diferentes árboles, que empezamos a ver no solo pinos, sino también cipreses, araucarias, chopos y un largo etcétera que ha ido creando ese manto verde que hoy día hace de Campoamor un lugar tan singular.

El polideportivo de la comunidad Villas I, fue una apuesta vanguardista, que da valor y servicio a sus propietarios

También podemos confirmar que la zona comunitaria de las Villas I ya ha cumplido 50 años, y por cierto, muy bien llevados. Las pistas de tenis, la piscina grande y la infantil fue una autentica revolución en aquella época. Se proyecto con los baños y vestuarios, que podemos ver en la postal pero no se ve el bar que tenemos hoy, ni la zona de juego infantil, y por supuesto, nada de pistas de padel, ni de fútbol/basket, fruto de diferentes actuaciones que se han realizado en los últimos años actualizando las instalaciones.

Me ha hecho especial gracia ver los caminitos que se marcaban como acceso a los minichalets, una suerte de piezas de terrazo colocadas con suficiente separación para que el césped pudiera crecer entre cada pieza. Igualmente, los linderos entre los minichalets eran bastante precarios, formados por una hilera de pequeños cipreses que se plantaba en la linea divisoria entre vecinos.

El estilo mediterráneo de las casas se repite, aunque sean de diferentes tamaños. Los tejados de teja de cañón, en aquella época hechos de arcilla y de forma manual, con sus caídas a cuatro aguas, dominan el paisaje. No se ve ni un solo techo plano. Las fachadas blancas, acabadas con una tirolesa basta tan de moda en aquellos años, crean un auténtico baño de homogeneidad, donde apenas se perciben diferencias de estilo.

Al fondo, podemos ver que ya estaban construidos la Iglesia, el edificio de Iberdrola y el Cine Navia. Junto a estos, se observa que de las torres gemelas junto al Cine Navia, solo estaba construido el Edificio Turia, pero no el Júcar.

Tampoco hay rastro de Aguamarina, y entre Campoamor y Cabo Roig se extiende una vasta parcela de terreno virgen.

La imagen actual, desde una perspectiva similar, nos muestra la evolución de los últimos 50 años. Las mismas casas han crecido en tamaño y han cambiado su estilo mediterráneo original, por otros híbridos, a veces más rústicos o más modernos, en cualquier caso transformándose y adaptándose a las necesidades de los propietarios.

El legado de 1975 es una extraordinaria vegetación

El tópico de que tiempos anteriores siempre fueron mejores, no lo tengo tan claro. A todos nos gustaría tener mas y mejores servicios municipales, no lo dudo, pero fijémonos en la herencia verde. Campoamor es más verde ahora de lo que fue en sus orígenes; el arbolado ha crecido y ha creado una armoniosa zona verde en la que convive la vegetación autóctona como el pino Carrasco, exponente de la flora mediterránea, junto con cipreses, palmeras y algunos arboles con menos presencia cómo los sauces, mimosas, olivos, cítricos, etc. sin dejar de mencionar las fragancias nocturnas de los galanes de noche o dama de noche, que tanto nos gustan al pasear a su lado. Los jardines con cesped, están mejor cuidados que nunca, es cierto que algunos propietarios los han sustituido por cesped artificial, pero en la mayoría de casos siguen emergiendo un importante arbolado de altura como marca de la casa, que nos brinda esas sombras tan demandas del verano y esa estampa tan singular. En este sentido Campoamor va madurando como lo hacen los buenos vinos.

Nos vemos en Campoamor.