Socio y alma de Shangrilá, el restaurante y club de referencia en Campoamor que ha revolucionado el ocio en la Comunidad Valenciana, Murcia e incluso Ibiza, nos desvela las claves de un éxito basado en la calidad gastronómica, la energía del lugar, el respeto al público y un modelo de clubbing que huye del mercantilismo para recuperar la esencia de la fiesta libre, igualitaria y auténtica.
En pocos años, Shangrilá se ha convertido en el epicentro del ocio y la restauración de la costa levantina. Ubicado en Campoamor, este restaurante y club se ha consolidado como una referencia no solo en la Comunidad Valenciana, sino también en la Región de Murcia y las Islas Baleares. Detrás de este fenómeno están Javier Gascón, junto a sus socios Pedro y Antonio, también responsables de otros locales emblemáticos como Shumara, La Chamana y Sharao.
En conversación con Campoamor.com, Javier Gascón repasa el origen, la filosofía y las claves del éxito de Shangrilá, un lugar que ha conseguido atraer a público nacional e internacional, incluidos los grandes promotores de Ibiza y Valencia.
El salto gastronómico y el concepto de clubbing
“Ya el año pasado veíamos que este año íbamos a romper”, reconoce Gascón. “El concepto clubbing ya era un éxito, pero en este 2025 hemos apostado fuerte por la restauración. Incorporamos a tres chefs de primera: Sergio de Egea como chef ejecutivo, Ángel Cano y José María Vera en los arroces, además de la barra japonesa de Kokoro, con cocina nipona de primer nivel. Esto nos ha permitido que el cliente venga a cenar y se quede a disfrutar de la fiesta”.
El resultado ha sido un espacio que combina gastronomía de calidad con ocio nocturno, tardeo, copas y clubbing, en un entorno diseñado para que convivan distintos públicos sin molestias.
Respect & Care: fiesta con conciencia
Pero Shangrilá no se limita a ofrecer buena música y gastronomía. Con la campaña Respect & Care, el club ha introducido medidas pioneras para garantizar la seguridad, el respeto y la convivencia.
“Queremos que las chicas puedan bailar sin preocuparse de nada, que los vecinos no sufran molestias y que la experiencia sea auténtica”, explica Gascón. Para ello, se ha reforzado el control de accesos, limitado el aforo a 500 personas y establecido normas como cortar la música exterior a las 22:00 horas.
Un modelo que inspira más allá de Campoamor
El éxito no ha pasado desapercibido. Promotores de Ibiza, Valencia y Alicante ya han visitado Shangrilá para entender cómo se gestiona este fenómeno. “Nos han felicitado por cómo evolucionamos con la música según el horario y cómo dirigimos al público con armonía. Aquí la experiencia empieza a las tres de la tarde y no para hasta las dos de la madrugada, pero sin molestar a nadie”, afirma Gascón.
Frente a lo que ocurre en Ibiza, donde la noche se ha vuelto más elitista y mercantilizada, Shangrilá propone un modelo inclusivo: “Aquí no hay privados ni zonas VIP. Todos somos iguales, todos bailamos juntos. Lo que vendemos son sensaciones y bienestar, no facturación”, sentencia.
La energía de un lugar único
Más allá de la gestión y la estrategia, Javier Gascón insiste en que Shangrilá tiene algo especial: “Estamos muy cerca del río Nacimiento, por debajo fluye agua y la energía aquí es única. Campoamor no se llama así por casualidad. Trabajamos esa energía con velas, incienso, con un equipo humano entregado. La gente lo siente”.
Lo que viene en 2025
El futuro inmediato de Shangrilá también se presenta prometedor. A partir de septiembre, habrán novedades, importantes proyectos que, en palabras de Gascón, “merece un artículo aparte”.
Nos vemos en Campoamor
Enlaces de interés. Shangrilá y Playa Shanta
