El pasado jueves quedará grabado con letras destacadas en la memoria colectiva del municipio de Ayuntamiento de Orihuela. Por primera vez en su historia, el pleno municipal se celebró en Orihuela Costa, concretamente en el edificio municipal de Playa Flamenca, convirtiendo la sesión en un acontecimiento que trasciende lo administrativo para adentrarse en lo simbólico: la institución más cerca de sus vecinos, la Costa acogiendo a todo su arco político, y un mensaje de cercanía que apunta a un futuro compartido.
La llegada del pleno a la Costa no solo implicó desplazar la sesión a 35 kilómetros del casco urbano de Orihuela, sino movilizar un inédito dispositivo de preparación que convirtió la semana previa en una auténtica carrera por la excelencia. Los empleados municipales de la Costa vivieron días frenéticos, organizando cada detalle con un objetivo claro: estar a la altura de la ocasión. Había que transformar un espacio de trabajo cotidiano en una sala institucional solemne, cuidada y acogedora, digna del momento histórico que se iba a presenciar.
Y vaya si se consiguió. La sala de Playa Flamenca lució preparada con mimo, demostrando que los vecinos de la Costa y sus trabajadores saben multiplicar esfuerzos cuando el objetivo es importante. Concejales de todos los grupos políticos se reunieron allí por primera vez para debatir asuntos de interés común. En la agenda, se abordaron varias preguntas de participación ciudadana y seis mociones presentadas por los distintos grupos municipales.
La jornada también tuvo su lado reivindicativo. A las puertas del Consistorio, un grupo de vecinos protagonizó una manifestación cargada de sentimiento, expresando con fervor una frase que resume un sentir extendido: su deseo de contar con una administración que comprenda plenamente sus necesidades y la realidad de la Costa y poniendo de manifiesto que en la actualidad el «Ayuntamiento situado a 35 kilómetros maltrata a la Costa y considera a sus vecinos sin derechos y a los residentes como de tercera clase».
Que la sesión se celebrara por primera vez en la Costa lo interpretamos como un detalle de sensibilidad y atención, un reconocimiento a la importancia social y demográfica de un territorio que sigue creciendo y que aporta riqueza, diversidad y proyección exterior al municipio en su conjunto. Esperamos que no se quede en un solo detalle y que se concrete en mayor voz a las sensibilidades de la Costa. Este acercamiento debe concretarse en un encuentro entre dos realidades diferenciadas, Orihuela y Orihuela Costa.
Nos vemos en Campoamor
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