El sol estaba a punto de desaparecer ese día de primavera de 1400 pero los monjes soldados dominicos venidos desde Valencia, fray Leonardo Gabalda, fray Prudencio Bellmonte y fray Juan Waldesco, ya podían ver las puertas de la ermita de San Ginés de la Jara que por entonces hacía las funciones de hospicio pero que en época romana había sido un fuerte defensivo llamado Thiar.
Los ataques de los corsarios, musulmanes granadinos principalmente, eran frecuentes en estas costas de Orihuela y los dominicos habían recibido instrucciones precisas para la protección de estas tierras que debía pasar por la creación de una fundación en San Ginés para convertirse posteriormente en una Cofradía de hombres libres, hombres perfectamente entrenados militarmente y que serían los encargados de la defensa de estos territorios, por lo que estos monjes soldados tenían una empresa dura por delante.
Monjes guerreros. Durante este siglo XV las incursiones de moros eran frecuentes en las costas de Campoamor y la Cofradía de San Ginés era la encargada de la defensa de estas tierras
Su trabajo comenzó con el reforzamiento de los muros de la ermita, la reconstrucción de la torre defensiva y la creación de la mencionada Cofradía con hombres libres en la zona que sería la que garantizase la defensa ante los constantes desembarcos de los corsarios en la costa.
Y aunque los primeros años fueron muy difíciles por la presión de los ataques granadinos, ya a partir de los años treinta de este siglo XV, se puede decir que los hombres libres de la Cofradía lo habían conseguido con tanta eficacia que “a causa de las buenas masacres que los buenos caballeros de Orihuela debieron hacer con los confiados moros, cuando empieza a llamarse Campo de Matamoros al de San Ginés“.
El trabajo de estos frailes soldados dominicos también tuvo sus recompensas económicas ya que consiguieron que el Concejo de Orihuela diera 30 florines para el arreglo de la torre de San Ginés así como el permiso de poder recoger limosnas para el mantenimiento y arreglos de esta torre defensiva.
Estos primeros años del siglo XV fueron muy importantes para la finca que hoy conocemos como de Dehesa de Campoamor aunque por entonces era denominada de San Ginés. Un siglo que concluyó con un verdadero convento que contaba con capilla, hostería, huerto y la torre defensiva que era tan importante para frenar las incursiones de los corsarios berberiscos. Este complejo estuvo dirigido a final del sigo XV por los mayordomos de la costa, Bernardino Masquefa y Juan Mansi de Castañeda, y precisaba de muchos dineros para su mantenimiento por lo que terminaron entrando en disputa con el Concejo de Orihuela que una vez que había caído Granada quería a toda costa el desahucio para evitarse tanto coste. Ante esta disputa tuvo que mediar el propio Prior de los Dominicos fray Ginés de Bestraga con apoyo del Infante Don Enrique, Lugarteniente General del Reino, quienes alegaron que “la Casa era una fortaleza que defendía la costa, y no un edificio destinado a iglesia o a clérigos” evitando por el momento el abandono de estas instalaciones.
Nos vemos en Campomor
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Todos estos detalles están recogidos en el libro Historia de Dehesa de Campoamor de Rafael Mellado Pérez
Nota: En la zona habían dos conventos de San Ginés de la Jara, el que se encuentra junto a la autovía dirección Cabo Palos en el Mar Menor a la altura de la población de El Beal y el de Orihuela, también denominado «de la Jara» y que se encontraba en la hoy llamada finca de la Dehesa de Campoamor, así viene así recogido tanto por el historiador Rafael Mellado Pérezque que hace referencia a un testamento de 22 de agosto de 1468 de Leonor Masquefa ante Jaume Durán (notario público de Orihuela) «que costeó treinta misas en el Convento de San Ginés de la Xara por su alma» como por el historiador Francisco de Asís Patiño «se le dio el nombre de San Ginés de la Jara de Orihuela«, y también viene así recogido en Historia de Orihuela de Gisbert en múltiples referencias.