En este artículo, analizaremos cómo es el mercado inmobiliario alemán y por qué el español está virando hacia ese modelo, especialmente en lo que respecta a la proporción de propietarios y arrendatarios.
Vivir en una casa de su propiedad siempre fue la primera opcion para los españoles hasta ahora
El ciudadano español siempre ha apostado más por tener una vivienda en propiedad que en alquiler, especialmente para vivir de forma habitual. De hecho, hasta finales del siglo XX, la mayoría de la gente se emancipaba mediante el matrimonio y la compra de una vivienda, ser propietario de una casa confería un estatus y posición social. Sin embargo, una generación después, la emancipación ya no está ligada al matrimonio, ni a la compra de una vivienda. El alquiler ha perdido las connotaciones de estatus inferior, y los jóvenes, menos arraigados, ven el mundo lleno de posibilidades y no sienten la necesidad de vivir donde crecieron.
Muchos jovenes prefieren no tener ataduras con una casa y sentirse libres para moverse
Un buen amigo me contó recientemente que quería comprarle un piso a su hija, ya cerca de su casa había salido una oportunidad. Antes de cerrar el trato, la noche anterior él y su mujer quisieron darle la noticia a su hija como una sorpresa, pero la sorpresa se la llevaron ellos cuando esta les dijo que no lo comprasen. Ella no sabía aún dónde iba a vivir ni qué iba a hacer con su vida, y no quería estar condicionada por esa compra, queria sentirse liberada para moverse sin ataduras.
Esta historia no es un caso aislado, nos muestra cómo las nuevas generaciones no valoran tanto el arraigo, ni una vivienda permanente, prefieren poder moverse para crecer profesionalmente que tener que buscarse la vida en sus zonas de origen o que les limite para conocer mundo. No les importa la movilidad laboral y no quieren perderse experiencias por estar anclados. Para ellos, el alquiler es la mejor opción.
Este es el modelo hacia el que nos dirigimos. En Alemania, las familias en alquiler superan a las propietarias (51% frente a 49%). Esto podría parecer, a primera vista, un signo de pobreza comparado con España, donde aproximadamente el 80% son propietarios y el 20% inquilinos, lo que nos hace parecer más ricos. Pero la riqueza no se mide por propiedades, sino por «posibilidades». Las tendencias indican que en los próximos años pasaremos a un 75% de propietarios frente a un 25% de inquilinos, y que seguirá bajando hasta acercarnos a los números de los alemanes.
El alquiler suele ser más económico que una hipoteca. Esa diferencia puede permitirnos vivir un poco mejor y, si no tenemos claro que vamos a permanecer en un lugar de forma definitiva, el alquiler se convierte en la mejor opción.
Adaptar las viviendas a cada momento de nuestra vida
Como tercer argumento, está la adaptación de una casa a la situación cambiante de las personas. Se empieza estando soltero, mañana quizás con pareja, más adelante tengo familia o animales de compañía o el teletrabajo me permite ver mundo. En cualquiera de estos casos, tener una casa que se adapte al estilo de vida de cada momento, es algo muy americano. En EEUU cambian de media cada 6 años de casa y alli tambien el alquiler vuelve a ser la mejor opción.
Por tanto, podemos determinar que, salvo que tengamos nuestras vidas muy consolidadas en un lugar del que no queremos movernos, las nuevas dinámicas harán que el alquiler siga creciendo. Y con ello, los cambios que experimentaremos serán enormes.