Campoamor vivió una jornada especial marcada por la creatividad, la ilusión y el amor por la fotografía. La nueva edición del concurso fotográfico de la localidad, este año titulada “Calendario de Campoamor 2026”, reunió a 14 participantes adultos y 5 jóvenes talentos, todos con una misión muy clara: captar en 12 imágenes la esencia de nuestro rincón del Mediterráneo.
Desde primera hora, los concursantes recogieron sus camisetas conmemorativas con el lema que define el espíritu de esta edición: “No es una foto, es un desafío. 12 miradas por un calendario”. Y es que, más que un concurso, este año se trata de un auténtico reto creativo que pone a prueba la imaginación, la técnica y la capacidad de narrar una historia visual a través de la cámara.
Con sus objetivos listos, cada fotógrafo salió a recorrer Campoamor en busca de esos instantes únicos que solo se dan una vez: un reflejo en el agua, la luz dorada sobre la arena, la sonrisa inesperada de un vecino o el contraste de las olas con la roca. La premisa es clara: no basta con hacer una buena foto, hay que transmitir un sentimiento y componer una serie de imágenes que juntas construyan el alma del calendario 2026.
Este año, las bases del concurso incorporan una novedad importante: la selección final no se centrará únicamente en la calidad técnica de cada imagen, sino en la coherencia y creatividad del conjunto de las 12 fotografías que presenten los participantes. Así, cada concursante se convierte en autor de su propio relato visual de Campoamor.
Los más pequeños también demostraron que la pasión por la fotografía no entiende de edades. Armados con cámaras y móviles, los cinco jóvenes participantes exploraron rincones con una mirada fresca y espontánea, sorprendiendo a todos con su capacidad para ver lo extraordinario en lo cotidiano.
Las fotos seleccionadas formarán el esperado Calendario de Campoamor 2026, que servirá como un homenaje colectivo a la belleza y diversidad de nuestra urbanización.
Con la luz de agosto, la brisa marina y la creatividad desbordante de sus vecinos, Campoamor ha vuelto a demostrar que es mucho más que un lugar: es una fuente inagotable de inspiración.
Nos vemos en Campoamor