Lo cierto es que cada día valoramos más nuestra libertad y tan solo oír hablar de que nos vuelvan a confinar nos estremece. Ante un nuevo encierro, queremos estar más preparados que la vez pasada y tener un plan B. Por ello, seguramente han subido las solicitudes de empadronamiento en los lugares propios de segundas residencias, ha ocurrido en la sierra de Madrid, en zonas rurales, pueblos donde la gente va a pasar el verano y por supuesto también en la playa. Nadie sabe aún lo que nos depara el futuro, pero parece que prevenir y preparar un plan B, está siendo una tendencia en el inicio de esta segunda ola del virus.
Las compañías de internet en la costa lo están notando, se contratan conexiones con más velocidad para las casas de la playa, se exige fibra óptica, por si hay que teletrabajar o dar clases “on line”. También se animan las pequeñas reformas, la compra de muebles, cambio de electrodomésticos, acondicionamientos en general, con lo que se preparan las casas, por si hay que venir en busca de un mejor confinamiento. Muchos piensan que Campoamor al igual que otras localidades con menor densidad de población, ofrecen mayor seguridad. Y dicen que además, podrán reencontrarse con sus paseos en la playa, deportes al aire libre y la pureza del aire que generan los pinos y jardines de nuestra urbanización.
Y cómo está afectando esto al mercado inmobiliario. En un resumen rápido podríamos afirmar que, mal con los extranjeros y mejor de lo esperado con los españoles. El mercado extranjero se ha desplomado, sobre todo porque España está señalada como país en rojo y muchos gobiernos desaconsejan visitarnos, y por si esto fuera poco, a los atrevidos que se saltan las indicaciones y finalmente deciden viajar a nuestro país, se encontrarán al volver su casa, con una cuarentena de al menos 10 días. Quizás algunos que teletrabajan o como dicen ellos que hacen “homeworking” se puedan permitir en regreso con acuartelamiento, pero la inmensa mayoría directamente desiste y no viene.
El mercado español, está justo en las antípodas, está bastante más activo de lo que pensábamos los profesionales del sector en zona costa. Al menos en esta primera fase de vuelta al cole, han aparecido nuevos demandantes de viviendas; los que quieren mejorar sus casas en la playa, buscando normalmente subir una talla (mejores terrazas, más metros, más calidad), o bien bajar a la tierra, entiéndase como casa con jardín, pues disfrutar de algo de césped con los niños, o tener un pequeño huerto, una zona de barbacoa o una piscina privada, es un verdadero lujo. También ha vuelto con fuerza “el vendo esto para comprar aquello”, con un poco de ahorros y el valor de lo que ya se tiene, se puede dar un buen salto.
En definitiva, no hay nada más humano que buscar una mejor calidad de vida, está en nuestro ADN, por ello las palabras como; espacio, confort, comodidades, suenan mejor ahora. Sin duda el virus ha aumentado el tiempo que pasamos en casa, además se gasta menos en ropa, ocio, viajes, coches, etc. así que invertimos de esta nueva forma, pues hemos girado nuestra mirada y nuestro gasto, hacia dentro de las viviendas.
Nos vemos disfrutando de Campoamor
Quizás te interese:
El minichalet, para muchos la casa ideal en Campoamor
Cuatro factores psicológicos a la hora de comprar una vivienda
